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sábado, 27 de junio de 2015

El lirio - Leonardo Da Vinci


Sobre la vede ribera del río Ticino había crecido un bello lirio.
Alta y erguida sobre su tallo, la flor reflejaba sus blancos
pétalos en el agua y el agua quiso apoderarse de ella.
Cada onda que pasaba se llevaba contigo la imagen de aquella
blanca corola, y transmitía su deseo a las ondas que aún no
habían llegado a verla.
Así todo el río empezó a agitarse, volviéndose el cabrilleo
inquieto y veloz; y no pudiendo coger el lirio, tan bien
plantado y alto sobre su tallo robusto, se lanzaron
furiosas las ondas contra la orilla, hasta que la riada
arrasó toda la ribera, y también el lirio puro y solitario.

La pasión desatada es una fuerza difícilmente
dominable que muy a menudo arrastra
hasta un final desdichado al apasionado
incontinente y al objeto inocente del

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