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viernes, 19 de febrero de 2016

El sol y las ranas - Jean de la Fontaine,



Celebránse las bodas de un tirano, y el pueblo, con festiva algazara, ahogaba sus cuitas en los henchidos vasos. Esopo era el único a quien le parecían mal aquellos regocijos.

En tiempo de antaño, dijo, pensó el Sol en casarse, y comenzaron en seguida los lamentos de las anas.

 “¿Qué será de nostras si tiene hijos? Exclamaban. No hay más que un Sol, y apenas podemos sufrirlo; cuando haya media docena de Soles, quedarán en seco los mares y todos sus habitantes. 

¡Adiós, juncares y pantanos! Anonada será nuestra raza, y pronto la veréis reducida a las aguas de la Laguna Estigia.” Paréceme que estas ranas no eran ranas para discurrir.


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