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domingo, 19 de marzo de 2017

El oso y el floricultor



Un oso y un floricultor vivían en la más absoluta soledad.

Un día salieron a caminar cada uno por su lado, para ver si encontraban a alguien que les hiciese compañía

Así, se encontraron y aunque la primera reacción fue temerse, tal como dicta la naturaleza, decidieron entablar una amistad para hacerse mutua compañía.

Todo funcionó de maravilla por algunos días. El oso cazaba para los dos, y el hombre se encargaba de conversar lo suficiente y trabajar para hacer las jornadas animadas.

Sin embargo, un día el hombre dormía profundamente y una mosca perturbaba su sueño. Molesto por la afrenta del minúsculo animal para con su amigo, el oso dio un terrible zarpazo al bicho, que estaba posado en el rostro del hombre. Con ello dio muerte a la mosca, pero también al pobre floricultor, cuya soledad lo llevó a obviar que vale más un enemigo listo, que un amigo torpe.



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